Es el saldo positivo que queda después de considerar impuestos, deducciones, planificación fiscal, cumplimiento legal y cualquier otra acción relacionada con la gestión tributaria y legal.
¿Por qué es importante?
Este beneficio puede manifestarse de diversas formas, como una reducción en la carga fiscal, la optimización de estructuras legales, la minimización de riesgos legales o el aprovechamiento de incentivos fiscales.